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Los tres sacerdotes de Zafra en el Cenro Parroquial de San Miguel A.M.
Durante la pandemia se han cerrado los templos físicos, pero no los humanos
Iglesia

Durante la pandemia se han cerrado los templos físicos, pero no los humanos

Los sacerdotes de Zafra nos explican en primera persona cómo están viviendo esta crisis sanitaria y su labor durante todo este tiempo

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Miércoles, 13 de mayo 2020

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El pasado 15 de marzo cerraban sus puertas todos los templos parroquiales, iglesias y capillas, sin posibilidad de celebrar en ellas ningún culto público, misas, celebraciones sacramentales y otros actos de piedad con motivo de la pandemia de coronavirus. Tras dos meses de confinamiento, las puertas de los templos volvían a abrirse para el culto el 11 de mayo, aunque con un aforo limitado y con medidas de seguridad. En Zafra las primeras misas en esta nueva situación se oficiarán este jueves 14 de mayo.

Los tres sacerdotes de Zafra: José Ángel Losada, José Antonio Sequeda y Juan Francisco González Vizuete, han contado a HOY Zafra cómo han vivido ellos esta experiencia, una noticia que recibieron, como todo el mundo, al principio con mucha incertidumbre y atónitos ante la idea de tener que cerrar los templos debido a una pandemia. «Fue un momento muy extraño, porque es algo que no habíamos vivido antes, y doloroso, para nosotros como sacerdotes y para toda la gente de fe que acude a esos templos», dice José Antonio Sequeda.

Pero la labor de los sacerdotes ha sido incesante en todo este tiempo, fundamentalmente realizando una intensa labor de acompañamiento, «se han cerrado los templos físicos, pero los templos humanos no se han cerrado, es muy importante cuidar a la gente y más en estos momentos», dice Juan Francisco González, quien explica que se han valido mucho de las redes sociales y del teléfono para estar cerca de las personas. Desde que se comenzara con el confinamiento, todos los domingos se ofrece la misa a través del canal de la parroquia de Youtube 'Iglesia en Zafra', hay oración a través de las redes, los niños trabajan la catequesis en casa y se ha continuado atendiendo a los más necesitados.

«Ha sido duro, pero a la vez apasionante, porque se ha descubierto otro mundo de evangelización que hay que seguir potenciando», asegura el sacerdote Juan Francisco González.

Funerales

Uno de los momentos más duros en toda esta situación, han sido la celebración de los funerales, difíciles ya de por sí por tratarse de una despedida, y a los que se vinieron a unir otros factores externos, como el límite de tres personas y la imposibilidad de celebrarlos en el templo.

«Si ha habido alguna experiencia más dolorosa que el resto durante toda esta pandemia a esos niveles pastorales han sido los funerales, por no poderse sentirse los familiares arropados o abrazados físicamente», considera el párroco José Ángel Losada, que afirma que ellos como sacerdotes también han vivido esa impotencia, «pero hemos procurado tener para ellos unas palabras de consuelo desde Dios».

También se han referido los sacerdotes a las experiencias buenas que han compartido con otras personas en el oficio de su trabajo, «todas confluyen en la esperanza, esta situación te descoloca, pero hay experiencias que te llenan».

Nuevas situaciones de pobreza y mayores necesidades

Durante la crisis sanitaria Cáritas ha mantenido sus servicios. Y los sacerdotes han mostrado su preocupación por las necesidades y situaciones de pobreza que ha provocado el Covid-19. Esta institución ha facilitado alimentos a más de 80 familias, y el número se multiplica cada semana. «En una de las últimas distribuciones de alimentos, había seis o siete familias más», asegura el Losada, que también pone en valor el encuentro con gente que lo está pasando mal, inmigrantes con trabajos eventuales que ahora no tienen nada. Por este motivo continuarán con esta labor asistencial, a pesar de no ser una tarea fácil.

En este sentido quieren agradecer la solidaridad y ayuda de los vecinos, así como del Ayuntamiento de Zafra.

Como no puede ser de otra manera, la Iglesia en Zafra afronta el futuro con esperanza, esperando que salgamos de esta crisis más fuertes y sabiendo valorar lo que es realmente importante.

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