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Al hilo de una declaración de Interés Turístico

Al hilo de una declaración de Interés Turístico

Artículo de opinión

JUAN CARLOS FERNÁNDEZ

Domingo, 10 de diciembre 2017, 07:35

Me entero con agrado de que han distinguido a Almendralejo con la declaración de su Ruta Literaria del Romanticismo como de Interés Turístico Regional. Lo celebro porque se trata de una localidad vecina y querida, porque supone el reconocimiento de un esfuerzo colectivo y porque el empeño en la celebración de las actividades parece que ha partido de una asociación: qué alegría que la sociedad civil se haga patente. Enhorabuena a la capital de Tierra de Barros. De añadidura, este galardón me da pie a referirme de nuevo a don Antonio Chacón Cuesta, natural de aquella ciudad y alcalde de Zafra durante un lustro. Me explico.

En noviembre de 1964 se celebró, precisamente en Almendralejo, el Congreso Sindical Comarcal para el que encargaron a Chacón una ponencia sobre turismo. Intuyo que pensaron en él por representar a una de las localidades que empezaban a tener proyección turística. La verdad es que el trabajo que le encomendaron era complicado, porque en el Congreso analizaban las potencialidades de pueblos pertenecientes a varias comarcas, y se hacía difícil encontrar algunos nexos. Pero afrontó el encargo como hizo con todos los que atendió: con rigor y esfuerzo. Opinaba en su exposición que había que abrir al turismo nuestras puertas de par en par porque sin restricciones ni formalismos es la mejor manera de pregonar la existencia de un Estado de Derecho, donde la libertad y el diálogo no tienen más cortapisa que el orden y la responsabilidad. Sin duda, aquel Estado no era plenamente de Derecho, pero la idea de Chacón daba cuenta de una especial sensibilidad en unos momentos en los que el choque cultural que suponía el turismo originaba algunas tensiones. Proclamaba, además, el efecto económico del fenómeno siempre que se tratase adecuadamente al turista y no se le diese gato por liebre.

En fin, disculpen el largo exordio. El hecho es que don Antonio Chacón sugirió diversas iniciativas para la promoción turística de la zona. Y para Almendralejo propuso, por ser cuna de Espronceda y de Carolina Coronado, la creación de un Museo Romántico. Ya existía uno en Madrid con esta denominación, promovido por el marqués de la Vega Inclán, ínclito pionero de la promoción turística en España y muy injustamente desconocido. La idea del museo, es evidente, no prosperó, pero acertó de pleno don Antonio al señalar la conexión de la localidad de Tierra de Barros con el movimiento romántico, algo que los almendralejenses de hogaño han explotado con éxito. También hablaba de promocionar las visitas a las bodegas, práctica que entonces era frecuente en Jerez de la Frontera o en el Puerto de Santa María, pero no en nuestra región, supongo, en la que la cultura del vino (como la entendemos hoy) me parece que aún estaba por desarrollar. Podríamos decir que anticipó las posibilidades turísticas (y culturales, claro) con su acertada visión de futuro. Otro tanto podríamos decir de lo que sugirió para La Albuera: la recreación de su batalla de la Guerra de la Independencia, que desde hace años viene celebrándose también con grande éxito. No me atrevo a sugerir relación de causa- efecto entre la propuesta y la puesta en marcha de la reconstrucción del episodio; pero, sin duda, demostró ser buen conocedor de las posibilidades turísticas futuras de aquellos dramáticos hechos históricos. Sin embargo, y a pesar de sus éxitos en Zafra también en materia turística, no consiguió para la Feria la declaración de Fiesta de Interés Turístico. Lo intentó en diciembre de 1964 y, tras su prematura muerte, su sucesor, Francisco Luna, hizo lo propio en 1967, 1969 y 1974. Parece ser que en 1969 había alguna buena disposición por parte del ministro Fraga, lo que se le hizo saber al alcalde que volvió a cursar la petición; pero por esas casualidades de la vida que dan al traste con las cosas de un momento a otro, el ministro-exhalación cesó en el ínterin. De modo que cuanto se ponderó sobre la Feria quedó sin ser reconocido. En la actualidad, la fiesta De la Luna al Fuego ha sido merecedora del título de Interés Turístico Regional. La alegría se ve algo mermada puesto que los varios intentos de conseguir lo mismo para la Semana Santa zafrense han sido infructuosos. Habrá que seguir intentándolo. Sin duda, la Feria, las celebraciones por san Juan y la Semana Santa son acontecimientos de alto interés. Pero posiblemente no debiésemos darnos por satisfechos y habría que explorar otras posibilidades para la promoción turística y cultural. Por ejemplo, y fijándonos en el ejemplo de Almendralejo, quizá deberíamos explotar la proyección literaria de Zafra. Esta es una idea que mi admirado José María Lama me expuso en su día, cuando aún me correspondía presidir el Centro de Iniciativas Turísticas; me entusiasmó, pero me desbordó (en realidad, a quien desbordaba era al CIT). No sé si José María aprobará que le cite aquí, pero creo que su proyecto tiene suficiente mérito como para que intente activarlo y para recibir las ayudas necesarias.

En definitiva, hay actividades que por su originalidad son atractivas y, con una adecuada organización y proyección, contribuyen notablemente al incremento de las visitas turísticas. Es interesante, por lo tanto, apoyar todo aquello que suponga ofrecer algo novedoso y de calidad al visitante. Son muchos los ejemplos exitosos: que nos sirvan de estímulo, si puede ser.

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