

Irina Cortés
Lunes, 24 de julio 2017, 06:00
«La Díter, cerrada», rezaba el titular de portada del periódico Hoy del 15 de julio de 1977. Tres palabras que resumían una de las huelgas más relevantes de la historia de la ciudad y que en estos días ha cumplido 40 años.
No obstante, los acontecimientos que desembocaran del encierro de un millar de trabajadores de la empresa comenzaba tiempo atrás.
Ya en junio de ese año cobraban fuerza los rumores de que la empresa quería desmantelar la factoría y trasladarse a Cubas de Sagra en Madrid. El 8 de junio hubo ya una huelga general secundada por comerciantes y apoyada por la mayoría de la ciudad.
Los acontecimientos se precipitaron el día 12 de julio con el despido de un trabajador y el cierre al día siguiente de la fábrica por parte de la empresa con petición a Delegación de Trabajo al alegar ocupación ilegal o peligro de la misma.
Por ello, el 14 de julio de 1977 con los ánimos caldeados las movilizaciones no se hicieron esperar, los trabajadores acudieron en manifestación a cobrar la paga extraordinaria y después se encerraron de forma masiva en la parroquia.
Hoy en día, algunos de esos trabajadores, protagonistas de la historia y que la vivieron de primera mano se reúnen para recordar y contar como se vivieron aquellos 10 días de pulso sindical.
El grupo se reúne en el escenario destacado, la propia parroquia de la Candelaria. Un grupo compuesto por trabajadores pasados y presentes de la empresa de motores de Zafra; Miguel Luna que sigue trabajando en la empresa actualmente, Juan Luis Zapata quien perteneció al grupo de organización del encierro en la parroquia, Francisco Tarriño el más veterano de los presentes, Antonio La Orden quien trabajó durante 40 años, Manuel Tomillo que conoció gracias a su padre todo lo sucedido ya que él se encontraba en la mili en esos momentos aunque luego formaría parte del comité de empresa.
Aunque los años pesan y los recuerdos ya no está igual de nítidos todos recuerdan esa época como un tiempo de lucha y sindicalismo que hoy sería difícilmente repetible. A pesar de que el encierro en la parroquia pudo parecer espontáneo lo cierto es que era una acción estudiada por los trabajadores que decidieron encerrarse en la parroquia por varios motivos; dar un golpe de efecto y por ser un lugar de donde no los podrían echar.
«La verdad es que algunos no nos enteramos del encierro en la iglesia hasta ese mismo día, pero nos pareció bien», explica La Orden.
«No sabíamos bien las repercusiones que íbamos a encontrar, veníamos de la dictadura pero nos decidimos a luchar para que no se deslocalizara la empresa», recuerda Zapata quien explica que el millar de trabajadores se organizó en grupos de trabajo para que la estancia en la iglesia fuera lo mejor posible.
Las anécdotas son muchas,Tarriño recuerda las noches todos apiñados, algunos roncaban « a un compañero le llegué a poner su zapato en la nariz para que dejara de roncar», momentos de risas mientras las familias y pueblo de Zafra apoyaba de forma mayoritaria el encierro y algunos compañeros marchaban a Madrid para negociar con la empresa.
Estos protagonistas creen que es difícil que una movilización de estas características se repitiera, Tomillo explica «en aquella época vivimos el sindicalismo y tuvimos a grandes compañeros, especial mención al recientemente desaparecido Andrés Bote»
Todos reconocen la presencia de la Díter en la ciudad algunos la matizan pues ya sólo fabrica componentes y no abarca todo el proceso desde la materia prima al motor terminado.
Luna que aún trabaja en la empresa matiza que actualmente Deutz Spain sigue siendo pionera. «Los alrededor de 400 trabajadores contamos con unas condiciones laborales estables para la época que vivimos y la empresa se caracteriza por su tecnología puntera. Además somos pioneros en igualdad, al ser la primera empresa industrial en firmar este plan de igualdad, Y tenemos la esperanza, como ya ha manifestado la propia empresa, de volver a la fabricación de motores, pues realizamos la mayoría del proceso»
Tanta es la importancia de esta huelga en la historia de la ciudad que se realizará una exposición fotográfica conmemorativa en colaboración con el ayuntamiento, previsiblemente el próximo mes de octubre.
Hasta entonces estos trabajadores seguirán recordando una época irrepetible en conversaciones entre vejos amigos.
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