Detenido un vecino de Zafra por matar a golpes con una palanca a su inquilina

A la 10.30 de las mañana de ayer viernes 31 de enero el dueño de una finca situada a cuatro kilómetros de Zafra escuchó gritos en la parcela de al lado. Cuando fue a comprobar qué ocurría, vio cómo alguien arrastraba el cadáver de su vecina hacia un cobertizo: «Asesino, voy a llamar a la Guardia Civil», gritó. «No hace falta que llames porque me voy a entregar», respondió Manuel Martín de las Mulas.

Y así lo hizo. Ayer fue detenido en Zafra este vecino de 71 años tras entregarse a las autoridades. Resuntamente mató a golpes, con una palanca, a la inquilina que vivía en la casa de campo de su finca, cerca del matadero Mazafra, y a la que se accede por la carretera de Fregenal. El paraje es conocido como Huerta Belén.

La víctima es una mujer de 59 años, María S., una madrileña que vivía sola en dicho inmueble desde el pasado verano.

El detenido es un exempleado de Telefónica, que está divorciado. Es muy conocido en Zafra, de hecho fue presidente de la protectora de animales 'El Refugio de Brown».

Los primeros en llegar al lugar de los hechos fue la Policía Local, alertada por el vecino que fue testigo y su hijo, que se presentó inmediatamente en ese lugar. Los agentes se encontraron a la mujer ya sin vida, y los servicios sanitarios que hasta allí se desplazaron solo pudieron certificar su muerte.

Poco después la Guardia Civil se desplegó en la zona y se ha encargado de las investigaciones, que podrían mantener varias líneas abiertas.

El cadáver de María S. fue levantado a las 14.22 horas para ser trasladado al Instituto Anatómico Forense de Badajoz, donde hoy se le practicaba la autopsia.

En la finca, el trabajo policial se alargó durante toda la jornada. Según también ha podido saber este periódico, el testigo y su hijo participaron, junto a los agentes de la guardia Civil, en la reconstrucción de los hechos de lo que habían visto por la mañana.

El alcalde de Zafra, José Carlos Contreras, ha afirmado que no existía relación sentimental entre la víctima y el presunto homicida, y confirmó que la víctima no estaba empadronada en Zafra, hasta aquí se había trasladado desde Madrid hace unos cinco o seis meses.

Un centenar de personas asistieron ayer viernes a las 20.00 horas, a la concentración convocada por Zafra Violeta en la Plaza de España para mostrar su repulsa por la muerte de María S. Las autoridades policiales no han confirmado que el crimen sea investigado como un caso de violencia machista.

Por el momento será difícil que se conozcan públicamente más detalles de este crimen, ya que la autoridad judicial decretó el mismo viernes el secreto de sumario y el presunto autor permanece detenido en el cuartel de la Guardia Civil de Zafra, a la espera de pasar en las próximas horas a disposición judicial en Zafra.

SORPRESA DE LOS VECINOS

Durante toda la mañana no han dejado de pasar por el camino muy transitado, por el gran número de casas de campo allí construidas, los dueños de parcelas colindantes que conocían al presunto homicida, mostrando su sorpresa por lo allí acontecido.

La casa está pegada al camino, con lo que el dispositivo allí desplegado de Guardia Civil y Policía Local, así como medios de comunicación, llamaron poderosamente la atención en este tranquilo paraje.

Un cordón policial, continuamente vigilado por los agentes, impedía el paso a la parcela, que solo se abrió cuando llegó la juez encargada de instruir el caso, sobre las 13.00 horas, los agentes de la Unidad de Criminalística de la Guardia Civil y finalmente el furgón del Instituto Legal de Badajoz, que trasladó el cadáver en una camilla desde el lugar del crimen hasta la salida de la parcela, unos 200 metros, un momento que fue seguido por numerosas cámaras, periodistas y vecinos de la zona.

El furgón con el cadáver abandonó el lugar del crimen hacia el Instituto anatómico Forense de Badajoz a las 14.22 horas, 20 minutos después de su llegada, y donde le iba a ser practicada la autopsia.

Acto seguido, los agentes de criminalística precintaron la vivienda, para que nadie pueda acceder a ella, ya que a la parcela hay que acceder para mantener a los animales que allí se encuentran.