Se derrumba el edificio que albergó el restaurante Maxi, en la calle Boticas

Antes de las 11.00 horas de este sábado 25 de septiembre, los vecinos de la calle Boticas y alrededores escucharon un gran estruendo: el edificio que albergó el conocido restaurante Maxi, que llevaba varios años cerrado, y la vivienda de la parte alta se habían derrumbado.

Afortunadamente no hay que lamentar daños personales, aunque se trata de una calle céntrica y muy estrecha, con mucho tránsito, pues está sitiada junto a la Plaza Grande y frente a la Casa del Ajimez, que instantes antes recibía una excursión, según cuentan los primeros testigos presenciales que dieron aviso a la Guardia Civil.

«No me ha cogido de milagro, a mí y a unos turistas que estaban haciendo fotos justo enfrente», dice una joven que pasó pocos minutos antes del derrumbe.

Hasta el lugar de los hechos se personaron de forma inmediata la guardia civil, bomberos y los servicios municipales.

Los técnicos municipales: arquitecto, aparejador, el maestro de la villa, los servicios eléctricos y de mantenimiento, junto al alcalde, José Carlos Contreras, han valorado los daños.

El alcalde ha informado que aún se están investigando las causas que han podido ocasionar este derrumbe, aunque todo parece indicar, a falta de confirmación oficial y de los informes técnicos, que los palos y las propias estructuras de la techumbre, debido a las inclemencias del tiempo y las importantes lluvias de hace solo dos días, se hayan mojado y por su peso hayan cedido provocando este desplome.

Los vecinos de las casas colindantes han sido desalojados, pues los operarios han procedido ya con el desescombro y el derrumbe del edificio de dos plantas, cada una perteneciente a un propietario: Juanra Grillo y el propio Maxi, que a pesar de lo ocurrido, se siente aliviados por que no haya habido daños personales, «es lo más importante».

Las casas colindantes no han sufrido desperfectos y los vecinos podrán volver esta noche a pernoctar en sus casas.