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Elena Ruíz en rueda de prensa
Las jóvenes reconocen el acoso sexual y la discriminación laboral como las principales formas de violencia de género

Las jóvenes reconocen el acoso sexual y la discriminación laboral como las principales formas de violencia de género

El Consejo de la Juventud de Extremadura las señala como las principales formas de violencia de género manifestadas por las jóvenes en el proyecto Cuadernos Violetas

Redacción HOY Zafra

Lunes, 6 de marzo 2017, 11:02

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El proyecto Cuadernos Violetas, del Grupo de Trabajo Mujer Joven del Consejo de la juventud de Extremadura, CJEx, intenta demostrar las formas ocultas de violencia de género a las que las mujeres se ven sometidas en algún momento de sus vidas.

Gracias a los comentarios sobre situaciones discriminatorias CJEx ha identificado algunos de los momentos que más se repiten según la edad de las mujeres.

Las primeras manifestaciones reconocidas aparecen en la infancia, en el ámbito educativo, producidas por sus compañeros de clase dentro de lo que se considera acoso escolar.

Ya en la adolescencia, sobre todo entre los 16 y 17 años, se dan casos de acoso sexual ocasionado, sobre todo, por hombres mucho más mayores y desconocidos, y en situaciones de ocio o mientras practican deporte al aire libre.

A medida que avanza la edad, en la veintena, surge de manera más frecuente la discriminación en el ámbito laboral, en especial a la hora de acceder en igualdad de oportunidades a un puesto de trabajo. A partir de los 30, es cuando se intensifica la violencia ejercida por la pareja, llegando incluso a la agresión física.

Así lo han manifestado centenares de mujeres mediante sus testimonios, los cuales han permitido al Consejo de la Juventud de Extremadura, CJEx, elaborar un informe recopilando los principales tipos de violencia de género, tanto visibles como invisibles, a los que se enfrentan las jóvenes. Como ha señalado la presidenta del organismo, Elena Ruiz, la gravedad de esta problemática marca la psicología y bienestar de las mujeres y como sociedad tenemos que darnos cuenta en el punto en el que estamos para erradicarla.

Las secuelas de estas manifestaciones de los diferentes tipos de violencia de género que las mujeres han sido capaces de reconocer suelen ser sobre todo sentimientos de indignación en más de la mitad de los casos, a su vez, hay un elevado índice de daños morales o psicológicos, y en casi igual porcentaje, se encontraron actitudes positivas al enfrentarlo que les llevan al empoderamiento femenino.

Lo que más se identifican son sobre todo situaciones de micromachismos, es decir, hábitos cotidianos en los que se discrimina a la mujer por razón de género (como priorizar a él en la atención al público). En la mayoría de casos, la violencia de género suele ser ejercida por la propia pareja, seguida por desconocidos o poco conocidos, aunque también ocurre en la propia familia, por el padre o hermanos, incluso por otras mujeres, como madres que promueven la cultura machista en el hogar.

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