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El niño de Zafra con cinco órganos trasplantados sigue pidiendo apoyo para poder ir al colegio

El niño de Zafra con cinco órganos trasplantados sigue pidiendo apoyo para poder ir al colegio

Sus padres reclaman un auxiliar para él, ya que es la única forma de que Abel, de cuatro años, pueda acudir a clase con seguridad

Irina Cortés

Jueves, 1 de noviembre 2018, 15:21

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En la puerta del colegio Pedro de Valencia de Zafra hay globos verdes y los que entran y salen llevan lazos del mismo color prendidos en su ropa. Son las muestras de apoyo de las familias de este centro a los padres de Abel Domínguez Guerrero. Este niño perdió el intestino por una infección cuando era un bebé y su vida se salvó en abril de 2017 cuando, con solo tres años, recibió un trasplante de cinco órganos.

El trasplante de hígado, estómago, páncreas, intestino delgado e intestino grueso fue el milagro que esperaban sus padres que, desde entonces, intentan que Abel vaya recuperando la normalidad y pueda llevar la misma vida que su hermano gemelo, Víctor. Una de las ilusiones de Abel es ir a clase con su hermano, pero este sueño se está complicando. El problema, según denuncia su madre Raquel Guerrero es que no es seguro que el menor esté muchas horas en el centro sin el apoyo de personal sanitario.

Abel lleva una sonda nasogástrica y es demasiado pequeño para ocuparse de sus cuidados. Hay que vigilar que no se le abra y que esté limpia constantemente. Además el niño lleva mascarilla y es importante que no se la quite porque está inmunodeprimido.

La familia, que cuenta con el apoyo del ampa y del colegio, se ha reunido con representantes del Ayuntamiento de Zafra y de la Consejería de Educación, pero no han obtenido una respuesta que les contente hasta el momento.

Abel, conocido como 'pequeño gran guerrero' ha pasado por siete operaciones y lo que desea su familia ahora es lograr una normalidad relativa. Esto pasa, señalan, por cumplir etapas, entre ellas ir como todos los demás al colegio.

«A él le gusta ir al colegio. Esperamos un año por su condición física, pero en cuanto los médicos dieron el visto bueno, lo trajimos. Él no puede venir a primera hora pues tiene un horario para el desayuno pero nos hemos ido adaptando», explica su madre.

No obstante, explica que Abel debe recibir atención constante debido a su salud y para ello solicitan que haya un enfermero, auxiliar de enfermería o una persona formada en su cuidado para que lo atienda, en exclusiva.

Desde el centro, la directora, Antonia Granero, detalla que Abel ha realizado su periodo de adaptación sin problemas y se ha trasladado su caso en distintas ocasiones a la unidad de programas educativos de la delegación provincial de Educación de Badajoz con la solicitud de que personal sanitario atienda al niño. Algo que no se ha concedido al no considerar que la situación de Abel entrañe riesgo vital.

Riesgo vital

«Es cierto que no supone un riesgo inmediato pero él tiene una sonda nasogástrica, una ileostomia y una colostomia, está inmunodeprimido, es alérgico a la proteína de la leche, no puede coger comida de los compañeros ni ellos la de él, debe seguir protocolos de limpieza constantes, hay que cuidar de que no se abra la sonda, no se puede quitar la mascarilla, además del vaciado de bolsa... Todo ello supone que necesita una supervisión constante, solo para él», dice Raquel. «Nuestro miedo y lo que no queremos que pase es que coja una infección que desemboque en riesgo vital», añade.

Por todo ello, y en base a los informes médicos, han solicitado que haya un enfermero con él en clase. La figura del ATE (auxiliar técnico educativo), que sí existe en el centro, no puede usarse porque entre sus funciones se especifica que no puede realizar tareas médicas. Además, esta persona estaría al cargo de más niños y Abel, según su familia, necesita más atención.

En los últimos días la situación ha empeorado porque el niño pasa más tiempo en el centro, cuatro horas seguidas, y lo consideran más arriesgado. Su familia insistió en pedir un sanitario y, al negárselo, decidieron movilizarse con el apoyo de otros padres.

Gracias a esta movilización, el alcalde de Zafra, José Carlos Contreras, acudió el pasado martes junto a la familia a visitar a la consejera de Educación y Empleo, Esther Gutiérrez. Desde la Junta de Extremadura aseguran que en esa reunión la consejera le comunicó a la madre en el centro educativo va a llevar un seguimiento especial de los cuidados que requiere por el ATE-Cuidador del centro. Para ello, este profesional recibiría una formación previa específica (guiada por la madre del menor). «Ya hay otros ATE-Cuidadores que hacen labores similares en otros centros educativos extremeños», especificaron.

Raquel Guerrero valora finalmente esta reunión «no ha solucionado nada, estamos como al principio».

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